Estoy casada con mi marido, un colega de oficina, desde hace cinco años. Mi marido es amable, tiene finanzas y vive feliz. La única queja que tengo es que la vida nocturna es mediocre y desagradable. Mi suegro vino a vivir con nosotros durante unos meses. La empresa quebró en medio de la recesión y la agitación. Viví escondiéndome de mi arrogante y altivo suegro, pero un día, nada más tener a mi bebé, me quedé con una arruga …
